Misión de los 72 discípulos
(Lc. 10, 1-12; Mt. 10, 9-16; Mc. 6, 8-12)
Después de esto, designó el Señor otros setenta y dos y los envió delante de sí, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares donde él había de ir. Y les dijo:
"La mies es mucha pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño que envíe obreros a su mies.
¡Andad! Mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni alforja, ni sandalias; no saludéis a nadie por el camino. En cualquier casa que entréis decid primero 'Paz a esta casa'. Y si allí hubiere un hijo de paz, se posará sobre él vuestra paz, pero si no, retornará a vosotros. Permaneced en esa casa, comiendo y bebiendo lo que tuvieren, porque el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa.
En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os sirvan; curad a los enfermos que en ella haya y decidles: 'El reino de Dios está cerca de vosotros'. Pero en la ciudad donde entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 'Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos pegó a los pies nos lo sacudimos'. Sabed que yo os digo que en aquel día la suerte de Sodoma será más llevadera que la de esta ciudad."
Después de esto, designó el Señor otros setenta y dos y los envió delante de sí, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares donde él había de ir. Y les dijo:
"La mies es mucha pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño que envíe obreros a su mies.
¡Andad! Mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni alforja, ni sandalias; no saludéis a nadie por el camino. En cualquier casa que entréis decid primero 'Paz a esta casa'. Y si allí hubiere un hijo de paz, se posará sobre él vuestra paz, pero si no, retornará a vosotros. Permaneced en esa casa, comiendo y bebiendo lo que tuvieren, porque el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa.
En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os sirvan; curad a los enfermos que en ella haya y decidles: 'El reino de Dios está cerca de vosotros'. Pero en la ciudad donde entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 'Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos pegó a los pies nos lo sacudimos'. Sabed que yo os digo que en aquel día la suerte de Sodoma será más llevadera que la de esta ciudad."
2 comentarios
Ricardo -
Eso no se hace de la noche a la mañana. Cada persona tiene un proceso de maduración en la fe que puede o no desembocar en el "salir a otros lugares a predicar". "Salir" es hacerlo de dentro de uno mismo, es decir, perder el miedo a expresar que sientes a Dios contigo. "Otros lugares" pueden ser personas, amigos, compañeros de trabajo, familiares, desconocidos, pueden ser pueblos como los de Tierra de Campos, entornos como el laboral, la universidad, la familia...
Ricardo -
Estamos llamados a ser discípulos, a continuar el mensaje de Cristo, a salir de la fe personal y compartirla con aquellos que quieran escuchar.
(continúa...)